martes, 27 de diciembre de 2016

Íñigo, así sí

En Podemos se diría que han esperado a que llegasen las Navidades para desollarse vivos, lo cual tiene cierta lógica porque a estos la Navidad no les gusta mucho. Los dos sectores principales: el pablista y el errejonista se están echando las manos al cuello a menos de dos meses de su esperado congreso en Vistalegre. Pero, al margen de diferencias políticas y de planteamiento de partido, el asunto se ha salido de madre y ha entrado ya en el terreno personal, es decir, que las rivalidades políticas parece que van mucho más allá y en algunos casos se han convertido en odios personales.



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