El pasado viernes 15 a última hora de la noche una parte del ejército turco se levantó en armas contra el Gobierno de Erdogan. Parecía un golpe de Estado estándar, sin demasiadas variaciones, pero conforme transcurría la madrugada fueron acumulándose situaciones extrañas y más de un sinsentido que permitieron al Gobierno retomar el control del país. En este golpe que quizá no sea tal hay demasiadas preguntas sin repuesta, o sin respuesta lógica al menos. Podría ser que nos encontrásemos ante una operación de bandera falsa de manual. Es pronto para asegurarlo, pero el repaso de los acontecimientos de la madrugada del 16 de julio no lleva a otra conclusión.
En la Podenotisia los extraños juramentos de Iglesias y Errejón.
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