Dilma Rousseff acaba de ser destituida como presidenta de Brasil después de una larga sesión en el Senado. La presidenta, sitiada por la corrupción y la galopante crisis económica que padece el gigante sudamericano, tal vez no sea más que el síntoma de un problema mucho mayor: la crisis terminal de la alternativa encarnada en el Foro de Sao Paulo. A Brasil, el hijo predilecto de aquella iniciativa patrocinada por Fidel Castro, le están pasando todas las facturas juntas y serán los brasileños de a pie quienes tendrán que pagarlas.
lunes, 16 de mayo de 2016
La Contracrónica (16/05/16) - El terremoto brasileño
Dilma Rousseff acaba de ser destituida como presidenta de Brasil después de una larga sesión en el Senado. La presidenta, sitiada por la corrupción y la galopante crisis económica que padece el gigante sudamericano, tal vez no sea más que el síntoma de un problema mucho mayor: la crisis terminal de la alternativa encarnada en el Foro de Sao Paulo. A Brasil, el hijo predilecto de aquella iniciativa patrocinada por Fidel Castro, le están pasando todas las facturas juntas y serán los brasileños de a pie quienes tendrán que pagarlas.
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